La hipocresía de la Policía ante la violencia machista

La hipocresía de la Policía ante la violencia machista

El pasado 13 de abril, aparecía un artículo en La Vanguardia que contaba la historia de María (nombre ficticio). Ella es agente de la Guardia Urbana de Barcelona y hace ocho años su expareja, un mando de la misma institución, difundió una fotografía de ella practicándole una felación.

En 2008, después de varios meses de relación con este mando, María le pone fin. Le define como una persona celosa a la que como “muestra de confianza” le había dado las contraseñas de su correo.

Al poco de acabar la relación, él mandó dicha fotografía a todos los contactos de María. Iba acompañada por un texto con su número de teléfono y una invitación a llamarla.

María denunció lo sucedido a los Mossos d’Esquadra. Cuenta como muchos mandos de la policía le presionaron para que retirase la denuncia porque podía suponer el fin de la carrera de su expareja.

El Ayuntamiento de Barcelona en 2009, bajo la alcaldía de Jordi Hereu (PSC), apartó cautelarmente dos años al mando. Sin embargo, cumplido el tiempo pudo presentarse a las pruebas de promoción interna. Ahora el Ayuntamiento de Ada Colau sale al paso asegurando conocer el caso y no tomar medidas hasta que no haya resolución judicial.

En una línea similar se pronunció la CSI-F (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) que pide que se respete la “presunción de inocencia” hasta que haya sentencia. Por su parte, el representante del SAPOL (Sindicato de Agentes de Policía Local) lo considera un “tema personal del ámbito privado”.

¿Un “tema personal del ámbito privado” un caso de sexting (envío de fotos sexuales sin consentimiento) entre agentes que podrían ser los encargados de hacer las primeras diligencias por violencia de género o agresión sexual?

Hipócritamente, en mayo de 2016 se publicaba el ‘Plan Director de la Guardia Urbana de Barcelona’. Entre otras cosas, ampliaba los ámbitos temáticos de sus charlas a estudiantes. Añadían así la violencia de género, el acoso escolar y las nuevas tecnologías. No puede ser más curioso que una de sus propuestas sea “informar a los alumnos en relación al cyberbullying, el sexting y grooming: nuevos delitos del Código penal”.

Recordemos que el sexting es el envío de fotografías sexuales con consentimiento o sin. Curioso que la misma Guarida Urbana salpicada por un caso de envío de fotografías sexuales sin consentimiento hace ocho años, aún abierto, pretenda informar a escolares sobre su peligro y sus consecuencias legales.

Lo relevante de este caso es que muestra, una vez más, que todas las instituciones están atravesadas por el machismo. La Justicia está salpicada de cientos de casos de LGTBIfobia y machismo.
Los diferentes cuerpos policiales también. Casos como el de la regidora María Rovira o diferentes testimonios que han visto la luz sobre el protocolo de actuación de la Policía en casos de agresiones sexuales. A estas instituciones y a sus miles de obstáculos se enfrentan aquellas mujeres que deciden denunciar la violencia que sufren.

En el caso concreto de los cuerpos policiales, además de lo mencionado anteriormente, hay numerosos casos que implican a mandos y agentes con redes de explotación sexual y corrupción.

También, diversas muestras de machismo. Como el tweet de la Guardia Civil que responsabilizaba a las víctimas de violación. O la charla de la Policía Nacional donde se frivolizaba la violencia machista.

Todos ellos, muestras de que los cuerpos policiales son una de las instituciones garantes del actual sistema, capitalista y patriarcal, y uno de los medios por el que se este se perpetúa y legitima.

Veronica Landa

Historiadora y educadora sexual, Barcelona.

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