Las mujeres y el 20D: la utopía de la emancipación bajo la regeneración del Régimen

Las mujeres y el 20D: la utopía de la emancipación bajo la regeneración del Régimen

El 20D también viene cruzado por las declaraciones y debates sobre la violencia machista entre los principales partidos. Este martes ha tenido lugar el único debate, organizado por eldiario.es, entre mujeres candidatas de los seis principales partidos: Pilar Marcos (PP), Ángeles Álvarez (PSOE), Sofía Miranda (Ciudadanos), Tania Sánchez (Podemos), Sol Sánchez (IU-Unidad Popular) y Natalia Prieto (UPyD).

Se abordaron temas como los desahucios, la precariedad y la desigualdad, sus propuestas y medidas económicas. Y entre los más candentes, la prostitución y la violencia machista.

Mujeres presidentas o ministras: oprimidas que oprimen y oprimidas explotadas

Después de haber presentado las propuestas electorales, el debate arrancó con una valoración sobre el bajo porcentaje de mujeres candidatas en relación a los hombres y el hecho de que no haya ninguna cabeza de lista en los seis principales partidos.

Todas coincidieron en que es una contradicción a resolver, como síntoma de un país que sufre una gran desigualdad y el machismo en la sociedad. E inmediatamente después comenzó una ridícula pelea de números entre UPyD y PP, reivindicando a sus mujeres gobernantes como la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría (PP) y dirigentes Rosa Díez (UPyD). Mientras el PSOE criticaba la baja cantidad de cargos de UPyD, Ciudadanos y PP.

Es innegable el fenómeno conocido a nivel mundial como “techo de cristal” que identifica el hecho de que las mujeres no accedan a cargos jerarquizados en la misma proporción que los varones, aún cumpliendo los mismos requisitos de capacitación y desempeño. También es una realidad que la brecha salarial de las mujeres viene en aumento.

La opresión de las mujeres se manifiesta de múltiples formas en todas las clases sociales. Pero la mitad de la humanidad no se reparte equitativamente entre las distintas clases: las mujeres somos la mayoría entre los explotados y pobres de este mundo y una ínfima minoría entre los poderosos dueños de las multinacionales: siendo más del 50% de la población mundial, constituimos el 70% de los 1.300 millones del planeta. Y sólo el 1% de la propiedad privada mundial está en manos de mujeres (Andrea D’Atri, 2004).

Por tanto, la realidad de la vicepresidenta Soraya de Santamaría está muy lejos de la de las mujeres que hoy sufren una opresión y explotación en aumento. Los partidos de este régimen son culpables y cómplices de que la crisis esté golpeando más brutalmente a la mayoría de las mujeres: las trabajadoras, pobres, inmigrantes, jóvenes. Estas, oprimidas explotadas, muy difícilmente se identifiquen con Esperanza Aguirre o Carmen Chacón, las opimidas que oprimen, que ejecutan deshaucios y reformas laborales.

El debate continuó sobre la “precariedad y desigualdad”, y el “tu más” no se pudo evitar; aunque lejos del decadente cruce entre Rajoy y Pedro Sánchez. Para la candidata del PP, la causa principal es el desempleo. El PSOE apuntó a la derogación de la reforma laboral del PP. Ciudadanos propuso derogar también la reforma laboral del PSOE. Podemos e IU, acuerdan en que la precariedad laboral comenzó con el PSOE.

Lo cierto es que los recortes en la Ley de Dependencia, la Sanidad, el aumento de la precariedad laboral y desigualdad salarial, son ataques históricos propulsados en primer lugar por la “casta bipartidista” PSOE-PP.

A estos “derechos recortados” se suman los intentos del PP de recortar otros como el del aborto, lo que provocó un aumento de las movilizaciones siendo un primer punto de inflexión el fracaso de la Reforma de Ley del del PP y la caída de su ministro Gallardón. El aumento de los feminicidios y la violencia de género, ha llevado a la última movilización del 7N, una de las más masivas de la última década.

Resuenan las voces reaccionarias, tras los derechos recortados y prohibidos para las mujeres

El debate acabó con dos cuestiones clave: Regulación de la prostitución, ¿Sí o No?. Y ¿Qué medidas contra la violencia de género?

En este último aspecto el debate ha sido intenso. Y lo viene siendo durante las últimas semanas de campaña tras las declaraciones del PP y Ciudadanos, que retrotraen a las décadas del ’30 y ’40.

La nota de color la dio Soraya Sáenz de Santamaría en el debate del 7D, cuando aconsejó a las mujeres “No aceptar que os miren el móvil. No aceptar que vuestro novio os obligue a estar localizadas”; a tono con los famosos consejos del Ministerio del Interior con sus medidas en las que son las mujeres las que deben “evitar” ser violadas.

Más reaccionarias son las declaraciones de los candidatos y candidatas de Ciudadanos: “Consideramos que la violencia de género y la violencia intrafamiliar son experiencias traumáticas tanto para las mujeres, como para los hombres”. O que “La sociedad española no debe permitir ninguna violencia. Si bien la violencia de género afecta tanto a hombres como mujeres, el mayor porcentaje corresponde a la violencia ejercida por hombres. No podemos permitir, aunque sean muchas menos, las muertes de hombres a manos de sus parejas.”

En el mismo tono reaccionario, Natalia Prieto (UPyD) propuso incrementar los medios policiales y las fuerzas de seguridad que hagan efectivas las órdenes de alejamiento.

El escenario electoral hacia el 20D muestra ventajas en las encuestas al PP y un importante crecimiento de partidos de centro derecha como Ciudadanos. Estas voces reaccionarias respecto a la cuestión de género tienen cada vez más fuerza en el marco de grandes retrocesos en los derechos de las mujeres, con una opresión brutal que tiene su máxima expresión en los feminicidios.

La utopía de la emancipación como “conquista evolutiva” de derechos

Esto es expresión de que los derechos conquistados y arrancados a un sistema de opresión patriarcal, pero también de explotación de una pequeña minoría de parásitos capitalistas, pueden retroceder. Lo que no dijeron las candidatas “de izquierda”, es que es el sistema capitalista el que necesita perpetuar las jerarquías y desigualdades del sistema patriarcal.

En este marco, cualquier medida contra la violencia de género enmarcada en reformar el Régimen político y humanizar el “capitalismo salvaje”, acaban siendo parciales. La candidata de IU, correctamente criticó los recortes en prevención de la violencia machista, considerada para ella “el último paso de la discriminación”. Cuestionó que sólo se reconozca violencia de género en “pareja o expareja” y propuso medidas contra la trata sexual, y también laboral que sufren las trabajadoras domésticas.

En el debate, Pilar Marcos (PP) llamó a “animar a la denuncia a las mujeres que sufren esta lacra” y la “tolerancia cero contra el maltratador”. Acertadamente Tania Sánchez respondía que “La focalización que tiene la ley de la violencia de género, olvida que las mujeres tienen dificultades para denunciar, si no se garantizan unos mínimos de condiciones laborales, salariales, de alternativas habitacionales”, por tanto, “La ley de violencia de género hay que revisarla en términos de cambiar el tratamiento de victimización”, y “garantizar que no se necesita terminar en la denuncia para que se atienda”.

No obstante, las respuestas de las candidatas de “izquierda” como Podemos e Izquierda Unida han seguido el curso de las reformas regeneracionistas del Régimen político actual. Tania Sánchez planteó que la desigualdad y la precariedad se resuelven cambiando el “modelo productivo del país”. Para la candidata Sol Sánchez (IU-Unidad Popular) “El Estado debe estar más presente en la economía”, contra la economía de un capitalismo “salvaje”. Y aunque habló de una ruptura con el Régimen del 78’, planteó que serán la “democracia y la justicia social quienes nos saquen de esta crisis”.

En el Estado español comienzan a emerger los sectores más oprimidos de la sociedad, como las mujeres que se movilizan masivamente en las calles contra la violencia machista, los feminicidios y la desigualdad laboral. Este hecho cuestiona la idea de emancipación como conquista progresiva y acumulativa de derechos (Andrea D’Atri y Laura Lift, 2013). Y a la vez pone en jaque la estrategia de “democratizar radicalmente la democracia” que viene planteando el post-feminismo y las corrientes neo-reformistas. Una perspectiva que se demuestra utópica y poco viable en momentos en que la crisis económica, social y política ataca a las mujeres en sus forma cada vez más violenta.

 

Cynthia Lub

Historiadora y trabajadora precaria, Barcelona.

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