#OrganizaTuRabia, #OrganizaTuOrgullo! Por un movimiento de disidencia sexual que sea anticapitalista y antirracista
El 28 de junio es la fecha en la que se estableció el Orgullo de la disidencia sexual como aniversario de la revuelta que empezó tal día de 1969 en el bar Stonewall en Nueva York, cuando la policía se presentó para humillar y detener a quienes estaban en el bar en una redada y fue respondida con una revuelta callejera que duró tres noches con las mujeres trans y racializadas a la cabeza. La etapa que arrancaría tras el Stonewall en el movimiento por la liberación sexual encuentra un nuevo centro de gravedad: la transformación de las relaciones sociales.
Hoy en día que descubran que no eres cis y heterosexual sigue siendo ilegal en 72 países, el matrimonio igualitario está disponible solo para el 15% de la humanidad y miles siguen sufriendo muerte, persecución, precariedad y violencia por dentro y fuera de la ley. Salimos a pelear contra la derecha que ataca en todo el mundo los derechos de la disidencia sexual, las mujeres y la clase trabajadora, junto con la bandera de la xenofobia y el racismo. Pero también contra el capitalismo de rostro progre, que deja aplica la agenda de la derecha cuando lo necesita, como hemos visto en el Estado español.
Nuestra pelea también es internacionalista, porque la disidencia sexual está en primera línea contra el golpe de estado en Myanmar, en Estados Unidos contra el racismo sistémico que acaba con las vidas negras o en la rebelión en Colombia contra el gobierno de Duque, porque creemos que la solidaridad es una de nuestras mejores armas.
Contra el capitalismo rosa, la derecha y el gobierno imperialista y racista español, organicemos un orgullo anticapitalisa, internacionalista y de clase
En los últimos años hemos visto como empresas y multinacionales se han sumado a campañas publicitarias mostrándose a favor de la diversidad sexual, para de esa manera seguir acaparando mayores cuotas de mercado, mientras siguen explotando con salarios de miseria a su plantilla. Tenemos que salir a tomar las calles para denunciar este capitalismo que intenta disfrazarse de rosa, de salarios de miseria y que cuando intentamos sindicalizarnos y luchar nos reprime. Un capitalismo que excluye a las personas trans y reproduce la lgtbifobia y la heteronorma.
En el Estado español las tasas de desempleo de las personas trans son del 80%, empujando a la pobreza y la prostitución a gran parte de las mismas. Las tasas de suicidio de la juventud LGBTI son cuatro veces mayores que la media y las agresiones por LGBTIfobia aumentan cada año.
Los proyectos de Ley Trans no caen del cielo ni del estado capitalista, ni del “gobierno más progresista de la historia”, sino que responden a una pelea y organización de las organizaciones trans. El Estado no es quien para reglamentar qué transición es válida y menos aún para patologizar las identidades que se salen de la cisnorma. Exigimos la libre autodeterminación de género sin evaluaciones estigmatizantes ni requisitos de dos años hormonación previos, pero con una sanidad pública bien financiada que ofrezca esta atención y procesos de transición y detransición a quien lo desee de forma realmente gratuita.
Esto no es un “borrado de las mujeres”, ni algo “ajeno a la clase obrera”, ni una “inseguridad jurídica”, pero esa transfobia no sólo llega a la derecha o a la Iglesia, sino que ha pasado por los sectores transodiantes que se reclaman feministas o por organizaciones reaccionarias disfrazadas de izquierda, como el Frente Obrero. Este rechazo une a todos sectores, pero también al gobierno que se dice progresista, en el que el PSOE ha bloqueado la ley varias veces mientras Unidas Podemos mantenía el acuerdo de gobierno y metía y sacaba la ley del cajón desde 2018.
Lo que no cuestionó ni el gobierno que se dice progresista son los acuerdos que le dan cifras millonarias de dinero público a la reaccionaria y LGBTIfóbica Iglesia. Creemos que es necesaria esta Ley Trans, pero que hay que ir mucho más allá, siendo necesaria una pelea para imponerla de forma efectiva, y por combatir las instituciones de un sistema capitalista que utilizan la transfobia y el resto de opresiones patriarcales para dividir al conjunto de los sectores explotados y oprimidos.
Peleamos por demandas como la formación de comisiones independientes de mujeres y LGTBI en los centros de estudio y trabajo para enfrentar las agresiones, la precariedad y la exclusión, la separación efectiva de la Iglesia y el Estado, el derecho a una educación sexo-afectiva laica y no heteronormativa en todos los centros educativos y la despatologización de nuestras identidades.
Tenemos que defender con la fuerza de toda nuestra clase los derechos trans, también en el trabajo, por un cupo laboral obligatorio contra el 80% de paro de las personas trans, la discriminación y el acoso. Esta es una pelea que dar tanto desde los sindicatos como desde las organizaciones LGBTI, y no pedir inclusión a la patronal a cambio de dinero público o entender que se trata de dos luchas separadas.
Este gobierno que se dice progresista mantiene políticas racistas e imperialistas, como no tocar ni una coma de las racistas leyes de extranjería, ni habla de las personas dentro de los CIEs. Frente al derecho de asilo siguen fuera de la ley las personas LGBTI migrantes que vienen de países donde tu vida corre peligro, pero no hay una ley que te encarcele o mate. Incluso obliga a demostrar una persecución que ha habido que ocultar para sobrevivir.
Nuestro orgullo no blanquea al estado genocida de Israel o al Estado Español que militariza y mata en las fronteras y en los CIEs, ni es un desfile de empresas y gobiernos que nos precarizan y nos discriminan, sino que es internacionalista contra el imperialismo de nuestros Estados y la opresión racista. No nos creemos el pinkwashing que instrumentaliza nuestros derechos como una excusa para la última ocurrencia de los estados imperialistas.
Exigimos la retirada del Ejército y todas las fuerzas represivas de Ceuta y Melilla, la derogación de las leyes de extranjería y el cierre de los CIEs, con papeles para todes frente a este sistema racista que también rechaza a quienes huyen de la persecución por su orientación e identidad sexual en países donde supone una condena a muerte.
¡Luchemos por una sociedad libre de opresión y explotación!
No creemos que sea el sistema capitalista quien nos conceda derechos sin dar pelea. Nuestro orgullo no está con el Estado, ni con sus instituciones represivas. No creemos en su justicia heteropatriarcal y liberticida, ni creemos que la policía esté para protegernos. La policía que golpeaba en Stonewall a la diversidad sexual ataca a las personas inmigrantes, a la juventud luchadora o a la clase trabajadora cuando sale a pelear.
¿Te imaginas lo que pasaría si se aliaran las luchas de la disidencia sexual, antirracista, el movimiento de mujeres o contra la explotación de la clase obrera? Esto es unir lo que los capitalistas tratan de separar a toda costa. Poniendo en el centro del tablero a la diversa clase trabajadora que movemos el mundo y luchando por un programa que enfrente al capital, se abre la posibilidad de que la disidencia sexual conquistemos un papel revolucionario.
Queremos construir una sociedad sin opresiones ni explotación, una sociedad sin clases, el comunismo en definitiva. Pero que nada tiene que ver con la herencia del stalinismo y su crímenes, ni con los grupos reaccionarios que todavía la reivindican. Reivindicamos las mejores experiencias revolucionarias y de autoorganización, donde miles tomaron por asalto una partícula del destino de la humanidad. Defendemos el legado de Marx y Engels, de Lenin, Rosa Luxemburg o Trotsky. Queremos revolucionar permanentemente todos los rincones de la vida.
Por todo esto te decimos #OrganizaTuOrgullo con nosotres. Súmate a construir una organización anticapitalista que retome y multiplique el legado que nos dejó el movimiento LGTBI más combativo, rebelde, furiosamente anticapitalista y antipatriarcal por la total liberación sexual y el fin de toda opresión y explotación.