8M Huelga general feminista en Galicia: quiénes y por qué la convocan… y quiénes no lo hacen

8M Huelga general feminista en Galicia: quiénes y por qué la convocan… y quiénes no lo hacen

Hace sólo dos años de la primera gran huelga feminista. Entonces, miles de trabajadoras y estudiantes desbordaron las calles gallegas bajo los mismos lemas, superando cualquier expectativa. En Vigo fueron incluso 50.000 las manifestantes que impusieron su voz, muchas más que cualquier otra ciudad gallega, repitiendo al año siguiente con más de 100.000 personas. El movimiento feminista mostró su fuerza en Galicia y en el resto del Estado; casi 6 millones de personas secundaron la huelga, faltando al trabajo o a sus centros de estudio (según datos de CCOO y UGT).

Sin ninguna duda el movimiento por los derechos de la mujer se profundizó a nivel mundial en estos últimos años, desde el movimiento “Ni una menos” en Argentina en 2017 hasta las performances de “Un violador en tu camino” comenzadas en Chile y realizadas recientemente en todo el mundo. Aun así, la realidad política también ha ido cambiando, condicionando la organización del 8M de este año.

Precisamente en Chile, donde tuvo y sigue teniendo lugar una enorme rebelión popular contra el aumento de los precios de la vida, la represión brutal del gobierno de Piñera y contra todo un sistema neoliberal y patriarcal opresivo, se prevé una gran movilización para el 8 de marzo. Así como en toda América Latina, una región que ha estado marcada por profundos procesos de lucha de clases, como en Ecuador o Bolivia, en este último donde las mujeres resistieron el golpe de estado de la derecha más patriarcal y antiobrera, y luchando valientemente llaman a manifestarse estos días “contra el capitalismo que nos explota, el patriarcado y el machismo que nos asesinan, las iglesias que nos violan y el racismo que nos humilla”.

Por otra parte, la lucha por el aborto legal en Costa Rica o la enorme lucha contra la reforma de las pensiones en Francia, que afecta gravemente a las mujeres de ese país, también nos hace pensar que sus movilizaciones van a ser masivas.

Y aunque en el Estado español también se espera masividad, pareciera que se ha dado un retroceso en la movilización con respecto al año pasado. Este año no se ha convocado a una reunión estatal para coordinar el movimiento, y muchos sectores del movimiento feminista han renunciado a convocar huelga a nivel estatal, dejando esta decisión en manos de las organizaciones de cada territorio. La decisión se ha tomado, entre otros motivos, en favor de “institucionalizar nuestras demandas”, es decir, dando un voto de confianza al gobierno socio-liberal de PSOE y Unidas Podemos.

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Este martes el Ministerio de Igualdad anuncia una nueva Ley de igualdad sexual que toma muchas demandas que el movimiento de mujeres ha puesto estos años en la agenda pública por medio de la movilización, aunque lo hace con un enfoque centrado en el código penal y sin tomar medidas de fondo contra todas las violencias del capitalismo patriarcal.

Todo esto cuando, como dice la última declaración de nuestras compañeras de Pan y Rosas, “en tan solo mes y medio del estreno del gobierno de coalición, ya se muestra su doble discurso y sus enormes límites, y son muchos los ‘sapos’ que Podemos y de IU están teniendo que tragar con sus ministros en el gobierno social liberal. El ejemplo de Alberto Garzón, retrocediendo ante los intereses de las empresas del juego y casas de apuesta, es el último de una seguidilla, después de haber firmado Podemos un pacto con el PSOE donde se comprometían a cumplir los objetivos de ‘equilibrio fiscal’ de la UE, y haber aplaudido al monarca por ‘lealtad constitucional’ o reiterar los pactos internacionales con la OTAN y las misiones imperialistas. También se mantienen las leyes de extranjería, las deportaciones en caliente y los CIEs, junto con la negativa a derogar la totalidad de las reformas laborales que precarizan.”

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Así y todo, hubo territorios que sí votaron ir a la huelga, como lo hizo la Asamblea Feminista en Catalunya. También Andalucía, ha votado ir a la huelga, impulsada por CGT, el SAT y otros sindicatos.

¿Y qué pasa en Galicia?

La Plataforma Feminista Galega y la organización Galegas 8M asumen que es necesario “descentralizar” la lucha y centrarse más en la cuestión de la “huelga de cuidados” para visibilizar el trabajo reproductivo. Estamos de acuerdo con esta reivindicación, pero no convocar huelga laboral este año sólo puede hacerle el juego a la patronal y al gran capital, quitándole contenido y fuerza al movimiento de mujeres, que ha sido de los pocos que ha sido capaz de movilizar a millones cuestionando todo un sistema de explotación y opresión capitalista, patriarcal y racista a nivel mundial. Que todas y todos paremos hace daño a ese capital que se aprovecha del machismo y el patriarcado para explotar aún más a las mujeres, que tienen los trabajos más temporales y peor pagados.

Asimismo, la burocracia sindical de CCOO y UGT no convocará huelga ni paros parciales como en otros años, participando sólo de movilizaciones puntuales a la tarde. Una conducta esperable de esta clase de sindicatos burocráticos, cuando ya rechazaron apoyar la huelga general en Euskadi o su negativa a luchar contra las reformas laborales.

Por su parte, la CIG tampoco convocará huelga porque sostienen que, al coincidir en domingo, solo afectaría a un “porcentaje reducido” de trabajadoras, además de incidir en la “precariedad”. Muchas mujeres en el sector del trabajo doméstico, en la hostelería y en otros sectores están obligada a que trabajar los domingos, y si el bajo porcentaje de participación es lo que preocupa a la CIG, podrían haber optado por convocar huelga el 9 de marzo, como se hace en Catalunya. Una vez más observamos cómo existe un abismo entre los discursos combativos y la cruda realidad a la hora de posicionarse en una fecha tan señalada como esta.

Tampoco convocará huelga la CGT en Galicia para 8M, a pesar de que sí que lo hacen en Catalunya. Lamentamos que una organización que se denomina como la “izquierda sindical” que dice oponerse a los postulados de la burocracia CCOO y UGT, acabe haciéndole el juego al gobierno socio-liberal del PSOE, y por extensión a la patronal al no convocar huelga este año.

Sin embargo, este 8 de marzo sí que habrá huelga de mujeres en Galicia. La CUT (Central Unitaria de Traballadores), el SLG (Sindicato Labrego Galego) y la CNT (Confederación Nacional del Trabajo) convocan a un paro general de 24 horas para dar cobertura legal a todas las personas que quieran faltar a su puesto de trabajo y realizar una verdadera huelga laboral.

En un contexto donde la burocracia sindical y la mayor parte de las organizaciones sindicales se bajan del carro, en un escenario donde un sector de la dirección del movimiento feminista rebaja sus demandas y sus métodos de lucha ante el gobierno social liberal del PSOE y UP, y donde casi toda la izquierda parlamentaria se pliega a esos postulados y no defiende la necesidad de una huelga, asumir esta posición es un importante paso para volver a poner la lucha de clases en el centro de los debates.

En Galicia, como en todo el Estado, hay motivos suficientes para ir a la huelga este 8 de marzo. Porque las mujeres gallegas cobran de media un 21 % menos que los hombres, porque la cifra de feminicidios no hace más que aumentar, por la separación efectiva de la Iglesia y el Estado y la expropiación de todos los centros concertados, por acabar con la trata de personas y todas las agresiones contra la libertad sexual, etc.

Pensamos que el centro de la estrategia feminista debe estar en la lucha de clases, y no en confiar en las migajas de ciertos partidos dentro del sistema capitalista. Todos los derechos y libertades se conquistaron con la lucha en las calles, pero no se trata de presionar al gobierno para hacer cumplir ciertas demandas parciales, sino de impulsar un potente movimiento de mujeres antisistémico y que plantee un nuevo modelo de sociedad, contra todo tipo de opresión y explotación.

Un gran movimiento feminista de clase que sea capaz de aglutinar alrededor a todos los sectores oprimidos de la sociedad, que son principalmente las mujeres, las migrantes y la juventud, y que inspire al conjunto de la clase trabajadora. Que nos lleve a extraer nuevas lecciones, a dar nuevas y más profundas batallas, como han demostrado los chalecos amarillos y los y las huelguistas del transporte en contra de la reforma de las pensiones en Francia. O los pueblos rebeldes de América Latina con las mujeres al frente.

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