Sr. Gallardón: Violencia de género estructural… ¡son los recortes y la Reforma Laboral!
¿Comó afecta la Reforma Laboral a las mujeres?.
En la manifestación del 8 de marzo, Carmen, afiliada a CCOO, decía sobre la Reforma Laboral: “Está recortando de una manera drástica los derechos de las mujeres trabajadoras que tanto nos ha costado conseguir, después de muchos años de muchas luchas donde las mujeres han dejado la piel por el camino, es muy triste que en pleno siglo XXI estemos todavía reivindicando aspectos que ya reivindicaban las mujeres hace 25 años”.
Y así es, una Reforma Laboral que nos hace retroceder a las oscuras épocas del franquismo; época en la que las mujeres trabajadoras han hecho historia…Y si hoy volviésemos a salir a las calles como hace 30 años, tal vez tendríamos que volver a pelear por las mismas reivindicaciones. Así lo muestra otro enorme sector de mujeres totalmente ausente de derechos laborales: las “invisibles trabajadoras” inmigrantes. Como nos decía una mujer del sindicato de trabajadoras del hogar, el Sindihogar: “Nosotras luchamos por el derecho al paro, por nuestra inclusión en el régimen general de la Seguridad social, por contratos por escrito, por la eliminación del pago en especies. Por no ser denigradas por el racismo.”. Ellas denuncian que en este trabajo -que consiste en tareas domésticas de limpiar casas y cuidar ancianos y niños- de 700.000 trabajadoras sólo 300.000 trabajadoras cotizan a la seguridad social. Mientras tanto, el Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, dijo a propósito de la reforma de Ley del Aborto que existe “una violencia de género estructural que lleva a las mujeres a abortar”.También la ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, habló hipócritamente de la discriminación laboral como una de las “presiones económicas, sociales, laborales o familiares” que sufrimos las mujeres. Mientras, se acaba de convalidar una Reforma Laboral -continuidad de las reformas laborales del PSOE- que no hace más que agravar nuestra situación al promover entre otras cosas el trabajo a tiempo parcial y con él la desigualdad salarial. Una de las cuestiones en las que se avanza, es en “los derechos”… pero de los empresarios para cambiar las condiciones laborales según su conveniencia. Esto perjudica enormemente a las mujeres trabajadoras y las empuja cada vez más al desempleo. Por otro lado, elimina los incentivos para contratar mujeres después de la baja maternal y dificulta aún mas las conciliación de la vida personal, familiar y laboral. Los recortes de los servicios sociales, la sanidad y la educación públicas, afectan a otro tipo de empleo mayoritariamente femenino. Otra cuestión, son los recortes en los presupuestos de ayuda a las familias, que nos afectan especialmente. La reducción y eliminación de servicios públicos dirigidos al cuidado y la atención de menores y personas dependientes, supondrá un retroceso para las mujeres que seguirán viéndose obligadas a continuar asumiendo el difícil e impracticable doble papel de mujer trabajadora y cuidadora, en muchos casos. Por tanto, la Reforma Laboral y los recortes, acentuarán la ya enorme desigualdad y discriminación laboral que sufrimos las mujeres. El promedio de retribución de las mujeres es un 22% menor que la de los hombres. Sigue habiendo más mujeres en los puestos de más baja escala y los complementos salariales y el modo de contrato incrementan las diferencias entre sexos: “…de manera más gráfica: ganan, de media, 5.500 euros menos; y para cobrar lo mismo deberían trabajar 80 días más al año. Las retribuciones complementarias (pluses, beneficios…), que los hombres perciben en mayor medida, la mayor concentración de las mujeres en los empleos con salarios más bajos y en contratos de jornada reducida ahondan estas desigualdades”. La repercusión de esa discriminación afectará en un futuro, ya que, a menor retribución, menor pensión y prestación por desempleo. Ante esto, es necesario gritar:¡Basta de recortes! ¡Abajo la Reforma Laboral! ¡Basta de discriminación y acoso laboral! Basta de precariedad laboral, contratos de obra y servicios, las subcontratas y contratas, la mayoría de trabajo femenino junto a las y los jóvenes. Todos y todas a la plantilla fija y con los mismos derechos. Por la prohibición de los contratos temporales y las ETTs. No a la pérdida de los convenios colectivos. Exigencia de pago de todos los derechos por maternidad, beneficios y pluses. ¡Basta ya de abusos!. La violencia estructural de género es, entonces, la violencia de un sistema de explotación y opresión que hoy, ante la crisis histórica del capitalismo, se hace asfixiante para las mujeres, las y los inmigrantes, la juventud y la clase trabajadora. Es así que, mientras peleamos por nuestros derechos, es necesario unirnos a todas y todos los trabajadores conscientes de sus cadenas que quieran luchar por una sociedad sin explotación, a tomar nuestras reivindicaciones en sus manos. Porque mientras la clase dominante logre mantenernos divididos, oponiéndonos a unos y otras, y destilando su venenosa ideología de que hay explotados de primera clase y explotados “de segunda”, como las mujeres, los niños, los inmigrantes, los homosexuales, más fácilmente se perpetúa su dominio y nuestra esclavitud. Nuestra lucha, presente y futura, implica también la disputa contra los valores y costumbres impuestos por la clase dominante y su cultura de violencia. Una violencia que podrá ser totalmente desterrada cuando rompamos las cadenas que ciñen a la humanidad, bajo este régimen capitalista.
Twitter: @LubCynthia