Entrevista a Las Kellys, el colectivo de las mujeres que limpian los hoteles

Entrevista a Las Kellys, el colectivo de las mujeres que limpian los hoteles

Al rededor de una mesa y un buen café, nos reunimos con algunas de las integrantes del grupo Las Kellys, mujeres empleadas en la limpieza de las habitaciones de hotel. Su testimonio refleja la precarización contínua de un sector históricamente explotado. Con objetivos que parecen imposibles de cumplir y jornadas agotadoras a ritmos frenéticos, nos cuentan cómo tienen que mantenerse fuertes.

En esta primera parte de la entrevista, nos cuentan cómo surgió la idea hacer un grupo, de organizarse, y cómo afecta la precariedad del trabajo a su vida privada o la imposibilidad de conciliar vida familiar y laboral.

ID ¿Cómo surgió el grupo de Las Kellys?

Eulalia: Ernest Cañada, autor del libro‚ “Las que limpian los hoteles“ escribió un artículo en El País sobre las mujeres de Mallorca, Ana lo leyó y contactó con él.

Ana: Le dije que me encantaría hablar con él, que me dijese día y hora y yo me encargaría del sitio y de buscar mujeres. En ese momento yo formaba parte del Comité de mi hotel y como tenía relación con los de CCOO nos reunimos en su local.

Eulalia: En las entrevistas estábamos todas, muchas nos conocimos allí, en aquel local. Ahí fue cuando Ernest Cañada después de entrevistarnos comentó ‘¿Bueno, y qué podemos hacer?‘ Y yo que nunca se callarme a tiempo dije que podíamos hacer un grupo. Al día siguiente Ana y yo pensábamos como hacer el grupo. Se nos ocurrió que tenía que ser en Facebook. Yo al principio lo había pensado como un grupo de terapia, que nos juntásemos y hablásemos de los problemas. Porque aquella tarde salió de todo…

El nombre salió del artículo que se llamaba “Las que limpian los hoteles”. Y entre eso y la canción de Leo Rubio, que se llama `Las Kelis`, elegimos el nombre. Hicimos el grupo de Las Kellys, y empezamos a mandar solicitudes de amistad a todo el mundo que conocíamos. Pusimos la foto de ‘No molestar. Estamos cambiando nuestro futuro’ que encantó a todo el mundo, que es de un viñetista que se llama Malagón que luego nos dijo que le parecía muy bien que la usásemos. Empezamos a agregar a conocidas, y estas a otras y así. Pero el verdadero boom fue la contraportada de El País porque empezamos a recibir muchas solicitudes. Cuando fuimos a TV3 también pasó lo mismo. Las camareras de habitaciones no usamos mucho Internet, Twitter y estas cosas, pero ahora se van animando. Lo último que hemos hecho ha sido el blog . Lo hicimos en diciembre y ahí estuvo congelado. Ahora ha salido una chica de Madrid que se le da muy bien escribir y se ha hecho cargo del blog. Cada día nos están llegando historias muy bonitas de Kellys.

Maite: ¿Sabes qué pasa? que antes pensábamos que esto era un problema de aquí de Lloret, del tipo de turismo y del tipo de empresario. Pero te pones a leer el libro y ves que nuestros problemas son idénticos. Ya no es problema de que tú no vales, que yo muchas veces me planteaba eso. Ves que no, que es un problema general. Parece mentira que este año que ha aumentado tantísimo el turismo en Cataluña, sigamos con estos problemas. Es vergonzoso. No te puedes hacer una idea de lo aguantamos, no basta cn que te lo contemos nosotras.

ID ¿Qué problemas consideráis más importantes en el sector de camareras de habitaciones?

Maite: Por ejemplo, que trabajamos por habitaciones y no por clientes. Es decir, tu puedes llevar 22 habitaciones con cuatro clientes cada una, imagínate la cantidad de clientes que tienes tú sola. Aquí se estableció hace años el número de habitaciones. Por el cliente que había, se consideró que con nustra jornada podíamos hacer 23 habitaciones, y está establecido hace muchísimos años. Pero claro, puede haber momentos que está el hotel medio vacío [no todas las habitaciones ocupadas] pero hay 1000 clientes. Entonces qué pasa, que las chicas de habitaciones sobramos y reducen plantila, por lo que nos cargan más. Tú estás así, y ves que otros compañeros están aumentando la plantilla, y te hundes. Es verdad que la hostelería está mal, pero dentro de hostelería es el trabajo de habitaciones.

Ana: En mi hotel son 26 habitaciones por mujer.

Maite: Es que o te aumentan habitaciones o te reducen el tiempo. Eso pasó hace muchísimos años cuando trabajaban incluso dos personas por habitación, y se podía hacer. Y luego llegas a casa y te encuentras con el mismo trabajo que has hecho en el hotel. Es lo que siempre hemos dicho, que parece que al ser mujeres sea nuestro trabajo natural, pues igual que la ama de casa que está todo el día fregando en casa y te dicen “ah, pero es su trabajo, eso lo hacen con los ojos cerrados”. Pues ese problema lo trasladamos al empresario. Y la respuesta que tienes es “La puerta es muy grande, no te precoupes que si no lo haces tú, vienen otras”. Además de que no puedes compaginar tu vida familiar con el trabajo, porque cuando tus niños dejan de trabajar es cuando tú empiezas. Llegas a casa tan destrozada que no tienes ganadas de nada. No desconectas, los cabreos, el estrés,etc.

Ana: Y como sepas que esa noche tienes muchas salidas [habitaciones que tienes que limpiar más a fondo] no duermes. A mí me pasa y llevo más de 20 años en hostelería. Eso te va creando una ansiedad que no duermes.

Maite: Porque somos tontas, nos preocupamos porque todo el trabajo salga bien, y por tratar bien a los clientes.

Anita: Eso es lo que nos ha pasado, que vas cargándote con más trabajo y el día que no llegas te dicen “bueno, tú antes sacabas esto en su tiempo” Pero claro, es que depende de como sean los clientes…

ID ¿Cómo es la presión para llegar a cumplir las habitaciones dentro de las horas?

Anita: La presión es que si las habitaciones están más limpias o más sucias les da igual porque las tienes que hacer sí o sí.

Ana: Les da igual que ese día no bajes a comer para poder acabar. Y como bajes a comer se quejan porque lo haces sin haber terminado ¡Como si bajar a comer no fuera un derecho de todas! Pero es que hay días que no tenemos tiempo ¡ni para ir al baño! Y si estás con la regla, no tienes tiempo ni para ir a cambiarte.

Maite: Ellos dividen habitaciones por mujeres, sin preocuparse si esas habitaciones son salidas, son de cuatro camas, están más sucias, etc. A veces te dan una habitación más porque una compañera se ha puesto mala. Al día siguiente, esa y otra.. Al otro te quitan media hora para que me hagas otra cosa. Cada vez es un poquito más, y hemos ido cediendo.

Anita: Hay habitaciones que son cuadras y tienes que entrar con la bolsa de basura. Y eso solo lo sabe quién lo ve. En algún momento tienes que reventar. Yo estuve un año con una alopecia del estrés, y ya no me han vuelto a coger. Me empezaron a salir calvas y no me encontraba bien. Fui al director a decírselo y me cogí la baja. Cuando me recuperé fui de nuevo a pedirle trabajo a la gobernanta, y me dijo que ya me llamarían pero que fuese buscando otra cosa, por si acaso. Y es que yo soy una persona…que con esto me he desengañado, que me he matado por un puesto de trabajo y no me valoran nada, perdiendo la salud. Depués de eso estuve con depresión.

ID Habéis dicho que os iban aumentando las habitaciones, que a veces no te daba tiempo a comer…¿qué otras cosas hacéis para acabar a tiempo?

Ana: En la mayoría de hoteles salen a su hora porque haces las mil y una para poder salir. No bajas a comer…o si en una habitación has tardado de más le quitas tiempo a otra. No poder ni ir al lavabo, ni con la regla. Cualquiera te confirma que no hay tiempo ni para ponerse una compresa desde que entras hasta que sales. Yo me he tenido que poner compresas en el baño de los clientes porque ni siquiera tenemos un baño por planta. Tienes que bajar seis plantas para ir a un baño.

Anita: También nos ayudamos unas a otras para poder terminar.

 

(ver segunda parte)

Veronica Landa

Historiadora y educadora sexual, Barcelona.

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