#EleccionsEstudiantils

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Revoluciona UB, la candidatura que declara la guerra a la universidad empresa

La denuncia a la casta universitaria, la expulsión de las empresas, la educación gratuita, la lucha contra el machismo en las facultades y planes de estudio, la unidad obrero-estudiantil y el cuestionamiento de la universidad de clases para acabar con la sociedad de clases. Esas son sus señas.

El próximo 10 de mayo se celebrarán elecciones a Claustro, Juntas de facultad y Consejos de Estudios en la Universidad de Barcelona. Unas votaciones presentadas desde los equipos de gobierno de la universidad y las diferentes facultades como un ejercicio de participación y de democracia universitaria. Sin embargo, nada más lejos de la realidad.

En esta ocasión se presenta una nueva candidatura estudiantil impulsada desde las agrupaciones No Pasarán y Pan y Rosas, que lleva por nombre Revoluciona UB. Lo hacen en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas, en el campus de Diagonal, y la de Psicología, en el campus de Mundet. Justamente la denuncia a esta antidemocracia y a la casta universitaria que gobierna, en compadreo con las empresas, la universidad es uno de sus ejes de denuncia.

El sistema de gobierno universitario es uno de los más antidemocráticos y opacos de las instituciones públicas. La desproporcionalidad en la representación de los diferentes colectivos es su seña de identidad, todo para garantizar que el gobierno de la universidad siga en manos de la casta universitarios que encabezan grupos de catedráticos ligados por mil y un lazos a las empresas privadas que llevan años ganando terreno.

De los 300 claustrales que se elegirán solo 90 corresponderán a los representantes de los estudiantes, 30 serán para los del personal de administración y servicios y 180 para el personal docente e investigador. Una proporción que se mantiene en las Juntas de facultad.

Pero si nos atenemos al peso de cada uno de estos colectivos parece el mundo al revés. Los estudiantes son más de 63.000, frente a 2.555 PAS y 5.715 PDI. No queda ahí la cosa. En el PAS todo el personal externalizado de reprografía, limpieza, cafetería y una larga lista de servicios no tiene ni derecho a votar. Y en el caso del PDI, de los 180 claustrales 153 están reservados para los profesores funcionarios doctores. Todo en una universidad donde más del 60% de este colectivo es profesorado asociado.

De esta manera a la minoría de 496 catedráticos les cuesta bien poco mantener el control del Claustro y el Consejo de Gobierno que se elige en el mismo. Pero es que además, este órgano termina siendo un elemento casi simbólico. Quien realmente rige los destinos de la institución es el Consejo Social, un órgano en el que tienen asiento directo e indirecto las grandes empresas que deciden lo que se estudia, los que se investiga y lo que se paga.

Que esto es así queda demostrado si se ve quien son los que componen ese órgano. Tal y como denunciaron desde No Pasaran y pan y Rosas recientemente, entre ellos está en Consejero del Banco Sabadell Joan Corominas, el presidente de Abantia Francesc Boada, la secretaria general del gremio de fabricantes de sabadell Nuria Aymerich, el exalcalde de Barcelona y ahora presidente de Barcelona Plataforma Empresarial Jordi Hereu, el presidente de RACC Josep Mateu, el directivo de PIMEC Carles Vivas o el vicepresidente de farmaindustria Antoni Esteve. Estos son los que realmente gobiernan la UB.

Con esta realidad ¿alguien puede pensar que lo del caso Cifuentes ha sido un caso aislado? Esta tupida red clientelar que une a catedráticos, empresarios y la casta política es el día a día de la universidad pública. No es de extrañar que la participación, en especial de los estudiantes, rara vez supere el 5%.

Desde Revoluciona UB se proponen utilizar la campaña electoral y los cargos que puedan obtener en los diferentes órganos para justamente “señalar, denunciar y combatir a esta casta que ha sido y es cómplice de todo el proceso de privatización y elitización de la universidad”. Así lo explica Nerea, estudiante de Psicología, que añade “mientras más de 100.000 estudiantes han sido expulsados de la universidad desde el tasazo, muchos catedráticos y algunos profesores que ocupan puestos de gobierno han visto como aumentaban sus dietas e ingresos por medio del negocio de los másteres privados”.

Como parte de esta pelea proponen retomar demandas históricas del movimiento estudiantil como la gratuidad, las becas-salario u órganos de gobierno con mayoría estudiantil. Reivindicaciones que han sido poco a poco abandonadas por las organizaciones mayoritarias del movimiento estudiantil como parte de una cierta adaptación al régimen universitario.

Prueba de ello fue el debate que se abrió a raíz de la convocatoria de huelga del pasado 26 de abril, en la que organizaciones como el SEPC y varias asambleas de facultad proponían parar por la rebaja del 30% de las tasas, mientras que desde los impulsores de Revoluciona UB se sostenía que había que salir a luchar por la gratuidad. Tal y como nos explicaba Tomás, estudiante de Ciencias Políticas, “antes del “tasazo”, que serían los precios que quedarían con la rebaja del 30%, más de 66.000 estudiantes habían dejado de estudiar por el alto coste de las matrículas y el aumento del paro y la precariedad que estamos viviendo desde el inicio de la crisis”.

También levantan un programa que atienda a las reivindicaciones del PAS y el PDI en peores condiciones, otro de los sectores al que esta falsa democracia universitaria tampoco representa. Exigen el fin de la contratación precaria del profesorado, los cada vez más extendidos “asociados” que cobran entre 300 y 800 euros al mes, que los becarios pasen a ser personal laboral con todos los derechos salariales y sindicales y el fin de la externalización de los servicios.

Marta Clar, de Pan y Rosas, explica como “Kellys no hay solo en los hoteles. En la UB se subcontrata empresas de limpieza que tienen trabajadoras en condiciones precarias y por salarios que no llegan a los 900 euros. Lo mismo podríamos decir de las cafeterías y otros servicios. Nosotras defendemos la unidad obrero-estudiantil, y como parte de esto, además de apoyar desde la universidad todas las luchas obreras, también vamos a pelear porque las externalizadas pasen a ser plantilla fija de la UB”.

Paula y Aitor, ambos de Ciencias Políticas, nos explican como además el objetivo de esta candidatura es llevar las luchas en las que viene participando activamente la juventud a la universidad. “Por eso nos hemos llamado Revoluciona UB”, explica Aitor, “queremos revolucionar la universidad, y a la vez que a ella lleguen e impacten luchas como la movilización por el derecho a decidir y contra la represión, o el movimiento feminista y la huelga de mujeres”.

Paula, también militante de Pan y Rosas, explica como “es fundamental darle continuidad a la gran lucha del 8M, peleando por comisiones de género y LGTBI independientes de la casta universitaria, por guarderias gratuitas en las facultades para trabajadoras y estudiantes, planes de estudio que no nos invisibilicen y combatir la violencia machista en nuestras facultades”.

La campaña electoral arrancará oficialmente este jueves y concluirá el 9 de mayo. Nerea recuerda también que al fin de semana siguiente viajarán a Madrid para participar del encuentro juvenil a contracorriente del que también son convocantes.

Marta Clar cierra la conversación señalando que las elecciones caen en 10 de mayo, justo cuando se cumplirán 50 años de la famosa “noche de las barricadas” del Mayo del 68. “Nosotros queremos retomar lo mejor de aquella experiencia, queremos un movimiento estudiantil combativo, democrático y que se ligue a la clase obrera, porque nuestra meta es la misma que la de aquellos jóvenes franceses, queremos cuestionar esta universidad de clases para terminar con la sociedad de clases”.

 

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